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Iluminación natural mediante fibra óptica; la recuperación del agua de condensación de los equipos de aire acondicionado para la lavandería; el uso de las aguas grises (de la ducha y el lavado) para riego y baldeo; una desaladora de mar para abastecerse de agua potable; su propia depuradora de residuales y una planta de generación de electricidad. Estas son sólo algunas de las propuestas –muchas de ellas punteras y nunca utilizadas a este nivel en la provincia– que la consultora de ingeniería malagueña Ingho han diseñado para el hotel previsto en el dique de Levante. El objetivo final es que sea prácticamente autosuficiente, y que consuma un 80% menos que otro normal de la misma envergadura.

«La torre del Puerto funcionará como una ciudad en sí misma». Manuel Gallardo, 43 años, doctor ingeniero por la UMA y profesor de la Escuela de Ingeniería, es uno de los responsables del proyecto, junto a su socio, Salvador Rodríguez, y a un equipo de 21 profesionales, en su sede del PTA. El objetivo de lograr una construcción de energía cero viene marcada por el encargo de los promotores de la torre (el grupo catarí Al Bidda), que pidió la obtención del certificado americano más reconocido, el LEED (Leadership in Energy & Environmental Design). Así como por la directiva europea, que obligará a que estas construcciones sean casi autosuficientes a partir de 2020; y por la oportunidad de crear en Málaga un centro de demostración de las tecnologías más avanzadas para la iluminación, la depuración de residuos y el abastecimiento de agua. «Queremos que sea un edificio modelo para el sector hotelero de la Costa del Sol».

Abastecimiento de agua

Para lograr agua potable, los ingenieros han propuesto construir una planta desalinizadora a pequeña escala, de última generación. No obstante, la decisión final estará pendiente de la autorización ambiental, si la legislación finalmente lo permite, debido al problema de la gestión de la salmuera, de la que también se están evaluando vías de posible reutilización. Aunque es habitual en Canarias, todavía existen pocos ejemplos de este tipo en el Mediterráneo.

Sin embargo, antes que generar, Gallardo pone el acento en que la prioridad será lograr un consumo muy bajo de agua, mediante urinarios secos y griferías con una reducción de caudal del 20-30% frente a las convencionales; así como máquinas de lavandería y cocina de alta eficiencia. La opción más novedosa en este sentido es la creación de un mecanismo para la recuperación del agua de condensación producida por el aire acondicionado. «Es H2O pura, destilada, con lo cual valdrá para la lavandería y la limpieza del hotel. Y la cantidad que se produce es muy alta, al estar junto al mar, donde el aire es muy húmedo». En este desarrollo irán de la mano de un proyecto de investigación de la Universidad sobre secado de aire, cuyos resultados se aplicarán a este caso práctico.

A ello, se añade la reutilización de la lluvia, así como de las aguas grises, las que salen de las duchas y lavabos, que tienen una baja contaminación, por lo que se pueden reciclar para riego y baldeo. Para ello, la red de canalizaciones estará diferenciada para cada tipo de líquido: la potable, por un lado; las grises, que irán a un depósito; y la de condensación, a otro.

Depuración

Para las aguas residuales, la torre tendrá su propia depuradora, como ya ocurre con el puerto deportivo del Club Mediterráneo, que se ubica junto al solar donde está prevista, en el dique de Levante. A este nivel, se emplean tecnologías que Ingho ya ha probado en edificios desde hace varios años, como hospitales de grandes dimensiones en los diversos países donde trabajan.

En lo que se refiere a la electricidad, el edificio pretende ser de «energía nula», es decir, que produzca la misma cantidad que consuma, como impone la directiva europea para el año 2020, y dado que la construcción se acometerá con posterioridad a esa fecha. Como fuentes contempla las placas solares fotovoltaicas, que irán en la cubierta; y se estudiará también el compostaje de los lodos procedentes de la depuración como fuente de calor. Pero, como en los casos anteriores, la prioridad es que tenga un consumo muy reducido en climatización e iluminación.

En el primer caso, «la energía se obtendrá de forma casi gratuita del mar. Cogemos agua fría, con la que robamos el calor de las habitaciones«, explica el ingeniero, quien aclara que se tomará el caudal que sea necesario en cada momento, «exactamente el que necesite» para enfriar el aire que llega al interior del inmueble; y luego se devolverá al mar más caliente, aunque sin ningún riesgo para la fauna y la flora. En invierno se haría a la inversa. A su juicio, para este proceso, conocido como acuatermia, el volumen marino necesario no es significativo, ni habrá emisarios de gran tamaño.

Luz por fibra óptica

Para la iluminación se ha introducido otra tecnología puntera, la fibra óptica. «Por su forma, el hotel tendrá mucha luz en las habitaciones, pero no en la zona central, donde van los pasillos y las zonas de servicio». Para ello, unos espejos concentrarán la luz del sol en un hilo de fibra, que la transportará a cada punto. Las luminarias tienen el aspecto de un foco convencional, pero en realidad son otro espejo. «Ello permitirá tener iluminación natural en el interior, sin gastos». Es una tecnología sueca y muy costosa en la inversión inicial.

Gallardo recalca que todas estas instalaciones no necesitarán más personal que un hotel convencional, puesto que no son tecnologías con altas complejidades, «sino eficientes energética y económicamente a lo largo de su ciclo de vida, con un coste de mantenimiento bajo; de ahí que no se piense en la inversión inicial, sino en los años de la concesión».

Ingho, cuyo nombre procede de sus orígenes, especializados en el sector sanitario (Ingeniería Hospitalaria) fue creada por los dos socios en Málaga en 2004. Actualmente, tiene 21 trabajadores en el PTA, la inmensa mayoría profesionales formados en Málaga o Andalucía; así como sucursal en Perú y delegaciones en Ecuador y Bolivia. Actualmente, cuentan con infraestructuras en marcha en nueve países: junto a los mencionados, Nicaragua, Panamá, Arabia Saudí, Angola y en toda España. «Aquí sabemos hacer las cosas», sentencia.

Noticia en Diario SUR

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